Es difícil hablar sobre Varsovia, especialmente cuando se escribe desde la distanca y el tiempo (ha pasado una semana y estamos en Letonia).
La primera impresión fué bastante grata, es una ciudad tranquila, limpia y muy bien cuidada. Cuando la paseamos, nos dimos cuenta de que hay como tres Varsovias:
La moderna: con rascacielos de cristal, bussines centres, buenos hoteles y cosas así…
La comunista: fría y gris, con edificios cuadrados y ventanucos, sin ornamento, diseño o cualquier atisbo de alegría.
La Old Town: Hermosa y sosegada, como sacada de un cuento de los hermanos Grimm.





Resulta un poco decepcionante saber que toda la ciudad fué reconstruida después de la Segunda Guerra Mundial; no es que le reste belleza, pero es como visitar una réplica de lo que una vez fué una bonita ciudad.


Todavía existen restos de lo que fué el gueto de los judios en la guerra, se pueden encontrar salpicados por la ciudad y resultan bastante impactantes.


![DGM_9142 [Resolucion de Escritorio]](https://surfeandoelmundo.files.wordpress.com/2014/03/dgm_9142-resolucion-de-escritorio.jpg?w=474)

El Palacio sobre al Agua merece bastante la pena; no fué destruido en la guerra y se conserva tal y como fué construido, incluso el mobiliario de su interior es original. El Palacio está rodeado de un inmenso parque y se pueden encontrar un teatro real, el Palacio del príncipe, la casa de invitados… y, lo más importante e impactante de todo: ¡ardillas!, las hay por decenas, y se acercaban a nosotros con una naturalidad pasmosa… y es que los bichos nos ponen…
Poco más que contaros de Varsovia, salvo, por supuesto, que nos alojó una encantadora familia de viajeros.