Berlín está bastante bien. Aunque no la hemos «estrujado» mucho podemos recomendarla, no tanto por el paisaje urbano o la arquitectura, para eso nos quedamos con Leipzig, pero sí es cierto que es una ciudad llena de vida y posibilidades.



Nos ha sorprendido un poco la actitud de los berlineses, no son tan cabezas cuadradas como nos dicen en España, cosas como: las pirulas con los coches, las calles llenas de caquitas de perro y botellas de cerveza vacías o rotas, el coladero en el metro… son cosas que no hubiésemos creído posibles por aquí; quizá es porque se ha convertido en una ciudad tan cosmopolita que resulta dificil definir el carácter de sus gentes, quizá es porque lo que nos cuentan de los alemanes tiene tanto de cierto como lo que les cuentan a ellos de los españoles…
Turismo, propiamente dicho, hemos hecho un par de días. Primero hicimos un «Free Berlin Tours» en el que conocimos lo imprescindible. Hay que tener en cuenta que prácticamente todo el reclamo turístico gira en torno a las guerras mundiales, y los diferentes tours se especializan en estos periodos históricos. Nosotros nos quedamos con el más «general».








El segundo día «Vive Berlín» nos llevó a una visita guiada al campo de concentración de Sachsenhausen que, aunque es muy recomendable, nos decepcionó un poquito, porque del campo, propiamente dicho, queda muy poco, y lo que han hecho es convertirlo en museo; finalmente es un mix que, aunque no nos dejó indiferentes, tampoco nos sobrecogió como esperábamos de un campo de concentración.





No entramos en ningún museo, por aquello de ahorrarnos los cuartos, pero paseamos algunos barrios y visitamos una de las famosas casas okupas de Berlín, la Yaam concretamente. Está bastante bien el ambiente y la filosofía que las mueve.

En pocos minutos de conversación quedamos embriagados por el acento simpático, el equilibrio emocional, la racionalidad de sus argumentos y, por supuesto, su generosidad…

Con él y con su amiga Victoria, también chapina, también fenomenal. Nos tomamos unas chelas en una de las muchísimas tiendas turcas que hay por Berlín. Pasamos un rato de lo mejor. Pintaba ser una velada mágica, pero esta vez no agarramos la ola, no nos dejamos confundir por la noche y volvimos relativamente temprano a casa. ¡Mil gracias Gusito!

Surfeamos el sofá de Katharina y Paul. Enseguida nos enamoramos de ellos y de su piso. Conectamos de maravilla y compartimos un par de deliciosas cenas. ¡Lástima no haber tenido algo más de tiempo para disfrutar de su compañía!.

Nos vamos de Berlín. Tal vez otro par de días hubiesen estado bien, pero, a fin de cuentas, lo que estamos haciendo es surfear el mundo; y vino una ola que nos llevó a Varsovia…
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Berlin is pretty good. Although we have not «squeezed» it so much, we can highly recommend it, not so much for the urban landscape or the architecture, in that case we prefer Leipzig, but it is true that it is a city full of life and possibilities.


We have been a little surprised by the attitude of Berliners, they are not as infeliexible as they tell us in Spain, things like: the capers with cars, the streets full of dog poop and empty or broken beer bottles, slipping in the subway … these are things that we would not have thought possible around here; maybe it is because it has become such a cosmopolitan city that it is difficult to define the character of its people, maybe it is because what they tell us about German people is as true as what they tell them about Spanish people …
As torurists, in the strict sense, we have gone out only a couple of days. First we did a «Free Berlin Tour» where we met the essentials. You must bear in mind that almost all tourist attractions centre on the world wars, and the different tours specialize in these historical periods. We prefer the most «general» one.








The second day, «Vive Berlin» took us on a guided tour of the Sachsenhausen concentration camp, which, although highly recommended, disappointed us a little, because there is very little left of the camp itself, and they have turned it into a museum; finally, it is a mix that, although it didn’t leave us indifferent, it didn’t overwhelm us as we expected.




We didn’t go into any museum to save money, but we walked some neighborhoods and visited one of the most famous squatter houses in Berlin, «Yaam«. Its atmosphere and philosophy are quite good.
We have seen a couple of pieces of the WALL, including the East Side Gallery, 1300 metres decorated with the work by 118 artists from 21 countries.