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SURFEANDO NAYARIT

Después de toda la noche en este

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Llegamos muy cerquita de Tepic con estos dos chicos de

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Allí estuvimos en casa de

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A través de ellos dimos nuestra primera charla-conferencia. Fuímos para hablar de

El Silencio de Afrodita
Puedes ver la peli aquí.

Película en la que participé activamente, pero terminamos hablando de nuestro viaje.  Alma deslumbró con sus dotes de oradora.

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Y me detuvo la policía.

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Estuvimos en la feria y, la verdad, es que ahora me arrepiento de no haber entrado a ver a Nancy, la niña más pequeña del mundo y a Lizeth, la mujer serpiente…¡y viva!.

Tepic, no es una ciudad especialmente bonita, tampoco tiene ruinas fabulosas o monumentos especialmente interesantes, pero estaba en el camino, una ola nos llevó allí porque teníamos una cita BioNeuroEmocional.  Aunque eso no es exactamente parte del viaje, lo ibamos a hacer sí o sí, porque en México es más económico. De este tema hablaremos cuando abramos un blog sobre terapias alternativas, salud y emoción, o algo así.

Y nos fuímos a Puerto Vallarta, Jalisco.

SURFEANDO LA BAJA CALIFORNIA (MÉXICO)

– Buenas tardes, ¿Me permiten sus pasaportes, por favor?

En la frontera de México el interrogatorio fué mas o menos el mismo que en todas las demás fronteras.

«¿Donde se alojarán?. ¿Cuál es su itinerario?. ¿Por qué motivo visitan el país?, ¿por cuánto tiempo?…».

Lo de siempre pero con una enorme diferencia, ¡nos hablaban en español!, y eso, después de un año, nos hizo sentir requetebién.

Le contamos al agente nuestra aventura.

– ¡Ay qué viaje, está padrísimo!. Tienen 180 días para moverse libremente por el país, pásenla bien y bienvenidos a México.

Y así entramos a estas tierras, rodeados de amabilidad y buenas maneras, y es que estos pinches weyes son bién chingones.

Tenemos que reconocer que cuando llegamos a la estación de Tijuana, estábamos un pelín preocupados por las inseguridades, las balaceras, los secuestros y todas esas cosas que todos sabemos que pasan en México. Al poco ese tema nos la traía al pairo. No se siente, no se palpa en el ambiente. No hay miedo en las calles, ni cabezas en las cunetas, ni balaceras en las esquinas. Hemos pasado por casas de gentes muy, muy humildes, hemos vivido en barrios pobres y en otros super nice. En todos ellos la gente es encantadora.

Tijuana en México y San Diego en USA comparten el mismo casco urbano, y por lo que pudimos ver, a buen seguro, éste es uno de los pasos más transitados en el mundo, abierto 24 horas todos los días del año y con unas 50 calles para vehículos. Es curioso, porque mucha es la gente que trabaja «en el otro lado» y cada día cruzan la frontera; algo así como Gibraltar, pero a lo bestia.

La zona fronteriza es conflictiva, son muchos los ilegales que no pueden cruzar, son también muchos los deportados o huídos de la justicia americana, y todos se agolpan cerquita del borde, viviendo bajo los puentes, ramblas o cualquier espacio que se les antoje habitable a la espera de que las cosas mejoren.

Esta frontera me impresionó bastante , no sé por qué razón esta valla en particular me hacía sentir tan mal. Quizá es por verla desde el lado pobre, el oprimido. Y es que es bien diferente observar un muro cuando sirve de «protección» a cuando sirve de «obstáculo». Me acuerdo de España, de las fronteras con África…  y me siento mal.

Llegamos a México con la firme intención de experimentar el chamanismo, el Peyote y todo aquello que se nos cruzase por el camino. Y se nos cruzó «la Abuela», una planta llamada Ayahuasca que sirve para sanar física y espiritualmente. Pero esta experiencia merece su entrada propia.

Tijuana quedará grabada en nuestros corazones por la experiencia con la Ayahuasca y por la convivencia con Ximena y Emilio. Nos apoyaron, nos ayudaron y nos abrieron sus corazones. Ellos siempre estarán en los nuestros. Sofía, la facilitadora de «la Abuela», también se hizo un huequito dentro de nosotros. Como siempre, los lugares que visitamos están marcados por las gentes que conocemos en ellos.

Rosarito es un pueblito cerquita de Tijuana. Tiene unas playas extraordinarias y unos estudios cinematográficos donde se rodó Titanic, pero ahora están cerrados y no se pueden visitar. Lo que sí se puede visitar es Popotle, una playita de pescadores petada de restaurantes y puestos donde degustar mariscos y pescados recién traídos por los pescadores. Algunos de los puestos cocinan el pescado que tú hayas comprado directamente al pescador. Muy, muy recomendable.

A Ensenada llegamos con un chico de un grupo de raiter, algo así como el Bla Bla Car europeo. Y allí nos quedamos en casa de Ceci. Y conocimos a su novio Jorge, y a Xuxa y a unos cuantos de sus amigos. Y salimos cada día con ellos; conocimos la ciudad, los mejores tacos, las mejores tabernas y cafés. Nos pasearon por cada rincón interesante y nos acompañaron a La Bufadora, el atractivo turístico por excelencia de Ensenada.  La Bufadora consiste en una cueva entre rocas a nivel del mar, de forma que el oleaje al entrar en la cueva y chocar contra la pared provoca que la presión saque el agua por un pequeño orificio aventándola unos cuantos metros hacia arriba y emitiendo un bufido característico que le da el nombre.

Uno de nuestros objetivos en la Baja California era avistar ballenas, y nos fuímos a Guerrero Negro. Y dado al elevado coste del transporte público en esta zona nos dimos el madrugón para poder hacer a dedo los 600 kms y llegar a una hora prudente. No habían pasado ni cinco minutos desde que nos colocamos para hacer autostop cuando nos paró una familia que nos llevó como medio camino. Nos regalaron bebidas, unos burritos y muchos buenos deseos. En media hora pasó Edgar, curiosamente dedicado al negocio de la aceituna, con sus rancheras y sus corridos a todo volumen; nos llevó en su coche sin matricular hasta el mismísimo Guerrero Negro. Es frecuente ver coches sin matrículas por aquí. Mexico mágico.

El paisaje en la Baja California es espectacular, la única carretera que hay la cruza de norte a sur a través de un enorme desierto; en ocasiones se divisa el océano Pacífico, en ocasiones formaciones rocosas y casi siempre bosques inmensos de cactus originarios de la zona. Es muy frecuente encontrarse con controles militares.

En Guerrero Negro nos esperaban Juan Pablo (Pablito) y su familia, y David el Vato, y el Pirri, y Waldo. Pasamos unos días de fábula, disfrutamos muchísimo de sus conversaciones, sus risas. Tuvimos oportunidad de disfrutar de alguna fiesta familiar y descubrimos un elemento nada turisteado: «El panteoncito de los niños». En los sesenta, no sabemos muy bien la razón, murieron en Guerrero Negro numerosos niños y todos fueron enterrados en un lugar no lejos del pueblo, en el desierto. Impresiona un montón.

En la inmensa laguna costera Ojo de Liebre se instalaron las salinas más grandes del mundo, y allí llegan cada año cerca de dos mil ballenas grises desde Alaska para aparearse y dar a luz a sus ballenatos. El comportamiento de estas enormes criaturas en la laguna es completamente amistoso e interactivo con los humanos, es un misterio el porqué, pero ver como los inmensos cetáceos se acercan a las diminutas barcas, y ver como la madre empuja al ballenato para que lo acariciemos es una experiencia que te deja sin palabras, son sensaciones que van más allá de cualquier adjetivo inventado por el hombre. Qué generosidad la de este animal. Sé que algún día volveré a Guerrero Negro.

Parecía que el autostop funcionaba de maravilla por aquellos lares, y decidimos continuar de aventón hasta Mulegé, pero nos salió nada más que regular y llegamos muy entrada la noche. Encontrar la casa de Petr se convertía en misión casi imposible. Después de más de una hora andando por la más absoluta oscuridad, estábamos golpeando en los cristales del único gringo despierto a aquellas horas; era nuestra única baza, o nos ponían en la pista de Petr o tocaba dormir a la interperie. ¡Encontramos a Petr!.

Mulegé es un oasis (recién castigado por un huracán). Sus playas son famosas en toda la Baja, no en vano se ha convertido en el destino favorito de casi todo el mundo. Pero… ¡hay que pagar 50 pesos!. Eso de pagar para estar en una playa no va con nosotros, máxime cuando están llenas de caravanas de gringos que vienen por el spring break. Visitamos la misión, paseamos a lo largo del oasis, disfrutamos de la compañía y nos fuímos a Cabo San Lucas, aprovechando la invitación que nos hizo Petr, y así disfrutamos del paisaje costero desde el coche.

Íbamos en el Jeep: Petr, Alma, Tom, Celina, Dayra y un servidor. El Cabo no nos gustó especialmente, pero lo pasamos pipa. Lo más destacable fué que alcanzamos la mismísima punta de la Península, allá donde se unen el Océano Pacífico y el Mar de Cortés. Y estuvimos en la únca playa que hemos visto con dos orillas opuestas.

A la vuelta nos dejaron en La paz, donde cruzamos al continente en ferry. Nos esperaban Tepic y Puerto Vallarta. Ya empezabamos a sufrir una seria impaciencia por encontrarnos con Nadx, Iyari y Pedro.

 

SURFEANDO LITUANIA

Dejamos Varsovia a las 23:00h con destino a Vilna, Lituania. El autobús estaba petado de españoles, creo que Erasmus, pero no entablamos conversación con ninguno de ellos, es demasiado pronto para añorar el idioma o la cultura que nos une, de modo que tratamos de dormir… sin éxito.

Salimos del autobús a la carrera, porque Robertas y Sigita salían de casa a las nueve de la mañana y a nosotros no nos apetecía nada quedarnos en la calle hasta las siete de la tarde que volvieran. Necesitábamos descansar, dormir unas horas en condiciones antes de surfear la ciudad. No fué fácil, pero lo conseguimos. El piso tenía unas vistas sensacionales y estábamos a dos pasos del centro histórico.

Disfrutando en la plaza DGM_9424 [Resolucion de Escritorio] DGM_9358 [Resolucion de Escritorio] DGM_9362 [Resolucion de Escritorio]

Vilna tiene un saborcito muy chulo, es pequeñita, tranquila y acogedora. El centro tiene más iglesias que Jerusalén, ¡es increíble!. A pesar de disfrutar de un tiempo primaveral, en su interior hace un frío que pela, y no sabemos porqué razón algunas de ellas están dejadas de la mano de Dios; en otras, por supuesto, hay vírgenes milagrosas…

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Hay un castillito coronando una loma que resulta bastante coqueto, y aunque como castillo dice bastante poco, es muy agradable pasear alrededor y las vistas son espectaculares.

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Pasear la Calle de la Literatura fué fascinante, ¡es tan hermoso disfrutar de la cultura en la calle!… ¡y es tan triste acordarse de algún ministro de nombre impronuciable en este blog!… Nos dejamos caer en el barrio de Uzupi, ¡qué maravilla!. El barrio está tomado por artistas que  exponen en las calles, se consideran una república independiente e incluso proclamaron su propia constitución. Es de esos sitios en los que no te importaría quedarte para siempre.

Calle de la Literatura.
Al fondo, calle de la Literatura.
Calle de la Literatura
Calle de la Literatura.

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Sabía que quería mi tattoo de rigor de cada país visitado, pero en esta ocasión buscaba algún nexo de unión que simbolizase el concepto del viaje. Esta vez no me conformaba con el nombre de mi eterna y amada compañera en el idioma de turno. Tampoco me apetecía demasiado parchearme de simbolismo de todas las clases, formas y colores. Entonces lo ví claro: este es un viaje «espiritual», la búsqueda de mi propia alma, y continuamente resuena en mi cabeza una afirmación de Yogananda: «Nada temo, soy espíritu». And that’s it… ésa es la «frase tattoo», y en Drakono Zenklas hicieron un bonito trabajo. Ahora puedo decirlo (sin miedo) en varios idiomas.

Momento Tattoo
(Pretendo conocerme a mí mismo, y espero poder comprender la verdad de quién soy y para qué he venido a este mundo. Cada vez que reflexiono sobre este asunto, más convencido estoy de que «yo» soy mucho más que el cuerpo en el que habito, y siempre, siempre, resuena en mi cabeza esta afirmación)

Mientras yo me tatuaba, mi eterna y amada compañera disfrutó, si se puede calificar así, del Museo del Genocidio; un edificio utilizado por los Nazis primero y por la KGB después, para torturar y aniquilar «al enemigo». No hay fotos.

Decidimos coger un bus a Trakai, un pueblito a treinta y pico kilometros de la capital. Un acierto, es una pasada, las casitas de madera, los lagos que la rodean, el castillo… resulta muy tentador y apetece quedarse unos días por allí, pero aún es pronto para dejarse llevar por el romanticismo, estamos solo de paso.

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Vivimos en casa del jefe de prensa del Parlamento Europeo en Lituania, cosa que carece de importancia, pero quiero que quede constancia de que en Couchsurfing hay gente increíble, y este cargo me pareció bastante anecdótico. Además, resulta ser un autoestopista «de pro», forma parte de un club de autostop en el que hacen competiciones, y nos ayudaría muchísimo en nuestro viaje a Riga.

Surfeando el sofé de Robertas
Surfeando el sofé de Robertas.

Y a Riga nos fuimos en autostop. Allí nos esperaba Edmunds, nuestro anfitrión, un personaje del que hablaremos cuando os contemos como surfeamos Letonia…

PASITO A PASITO LLEGAMOS A SALOU/STEP BY STEP WE ARRIVED AT SALOU

Después de cuatro días en Campello nos ponemos de nuevo en marcha. Poco tenemos que contar de este pueblo. Hemos perreao más de lo que hemos querío. Rafa y Raúl han resultado ser unos anfitriones 10.

Primer sofá que surfeamos
Primer sofá que surfeamos

Hicimos una furtiva visita a la playa. Y pasamos una tarde de lo mejor con Rocío, Rubén y Amélie. Poco más, muy poco más.

tardecita de playa
tardecita de playa
Tarde de cañas
Tarde de cañas

El lunes 17, aún sin demasiadas ganas, decidimos partir para Barcelona. Nos preparamos un cartel y nos plantamos en la rotonda de salida de Benidorm. Pasaron un par de horas y un par de policías locales, hasta que, por fin, nos recogió Terry, un señor inglés afincado en la zona, que cada día se desplaza al hospital de Denia para hacer sesiones de quimio. Nos sorprendió el buen humor y talante.

primer cartel de autostop
Primer cartel de autostop

A las cinco de la tarde (como en el poema de Lorca),  paró una chica encantadora, profesora de danza y fabricante de pan ecológico. Nos dejó muy cerca de Gandía, en una rotonda en la que no pasaron más de tres minutos cuando paró una furgoneta. Al acercarme y ver el personal que había dentro estuve a punto de rechazarlos porque eran rumanos, de esos que son tan malos y peligrosos…. Pero con la rapidez mental que nos caracteriza pensamos: ¿serán malos de verdad?, ¿nos estamos dejando llevar por prejuicios burgueses sin sentido?…. Total, daba lo mismo, si nos han de asaltar, secuestrar o matar, mejor en casa. Pero resultaron ser más apañaos que las pesetas. Nos trataron de maravilla, nos regalaron naranjas y nos dejaron en la boca de metro de Torrent… ¡65 Km!. No quisieron hacerse fotos porque estaban todo sucios de trabajar en la recogida de la naranja (por cuatro duros que el español listillo les deja después de su buena comisión); en resumen, no querían dar mala impresión en el blog.

Autostop Nematu

Autostop Alma

Como siempre, el Universo se pone de nuestra parte, y al comprar los billetes de metro, la máquina expendedora, además de los tickets, nos devolvió los 5,20€ que costaban. ¡BIEN!

Esperamos un ratejo frente a la Estación del Norte, en Valencia, hasta que vinieron Fernando y Sandy a buscarnos. Nos llevaron a cenar de tapitas. No dió para mucho más la noche. Sandy y Fernando resultaron ser anfitriones 10.

Estació Nord de Valencia
Estació Nord de Valencia

Waiting Valencia

A la mañana siguiente continuamos con nuestro camino. Cogimos el tren hasta Castellón; no resultaba caro. Una vez allí nos cargamos las mochilas de nuevo y a continuar en autostop. En poco menos de media hora apareció Marcos, que nos llevó a Benicassim.

Con Sandy en estacion Autostop Marcos

Se hizo de noche. Esta vez los pulgares no daban resultado y subimos a la estación de tren (a tomar por culo), pero no había trenes…

Momento meditación en carretera
Momento meditación en carretera

Nos acordamos de nuestra compañera Nuria de Escaños en Blanco;  ella es de Castellón, quizá conozca a alguien por aquí; así que le escribimos por facebook. ¡Y enganchamos la ola!. Nos vino a recoger y nos alojó en su casa en Oropesa. ¡Fenomenal!, Tristán y Nuria también resultaron ser anfitriones 10.

Con Nuria y Tristan

Así amanecimos en Oropesa, una semana después de partir.

Nuria nos dejó en la entrada de la autopista. ¡ERROR!… no pasó un coche en 20 minutos, de modo que nos cargamos las mochilas y nos pusimos a caminar por el arcén de la N-340 en busca de alguna rotonda donde no nos jugáramos la vida y nos diera tiempo de hacer carantoñas a los vehículos. Varios kilómetros y algunas ampollas después llegamos a un área de servicio donde nos paró un señor sudamericano de Murcia que nos llevó cuatro canciones de Celia Cruz más allá; y nos dejó en una gasolinera en mitad de la nada.

N340

Otra vez caía la noche cuando nos paró ¿Ayun?, un chico marroquí que nos dejó en Benicarló. Ya, casi sin fuerzas, nos subimos en un tren con destino a Salou; allí nos recogieron Maite y Luismi.

Autostop Ayun

Hoy pasaremos el día en Salou sin hacer una mierda.

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After four days in Campello we start again. We have little to tell about this town. We have loafed around more than we wanted. Rafa and Raúl have turned out to be notable hosts.

The first couch we surfed.
The first couch we surfed.

We made a quick visit to the beach. And we spent a great afternoon with Rocio, Rubén and Amélie. Little more, very little more.

tardecita de playa

Tarde de cañas

On Monday the 17th, without a will yet we decided to leave to Barcelona. We made a poster and stood at the Benidorm roundabout in the exit. After a couple of hours and a couple of local police officers, Terry, a British man living in the area, picked us up, he comes to the Denia hospital to do chemo sessions every day. We were surprised by his good humor and mood.

primer cartel de autostop
Firstr hitch-hiking poster.

At five o’clock in the afternoon (as in Lorca’s poem), a charming girl, dance teacher and organic bread maker, stopped by. She left us very close to Gandía, in a roundabout in which after no more than three miutes a van stopped. When I approached an saw the staff inside, I was about to reject them because they were Romanians, some of those who are so bad and dangerous… But with the mental speed that charactrizes us we thought: really, will they be bad? are we letting ourselves be carried away by bourgeois prejudices whithout sense?… in short, it did not matter, if they are to assault us, kidnap us or kill us, better at home. But they turned out to be much better. They treated us wonderfully, gave us oranges and left us in the Torrent metro station… 65 km! They did no want to take photos with us because they were completely dirty from working on the orange picking (for four dollars that the smart Spanish leaves them after his good commission). In short, they did not want to make a bad impression on the blog.

Autostop Nematu

Autostop Alma

As always, the Universe takes the side of us, and by buying the metro tickets, the vending machine returned us the 5,20 € that they cost, in addition to the tickets. ALL RIGHT!
We waited for a while in front of the North Station in Valencia until Fernando and Sandy came to pick us up. They took us to have «tapas». The night didn’t go on much longer. Sandy and Fernando turned out to be hosts 10.
Estació Nord de Valencia
Valencia North Station
Waiting Valencia
The next morning we continued on our way. We took the train to Castellón, it was not expensive. Once there we carried our backpacks again and continued  hitch-hiking. After less than half an hour Marcos appeared, who took us to Benicassim.
Con Sandy en estacion
Autostop Marcos
It got dark, this time the thumbs didn’t work and we went up to the train station (far away), but there were no trains …
Momento meditación en carretera
Meditation on the road.

We remembered our colleague Nuria of Escaños en Blanco, she is from Castellón, maybe she knows someone around here, so we worte to her on facebook. And we rode the wave! She came to pick us up and hosted us at his house in Oropesa. Tremendous! Tristán and Nuria turned out to be hosts 10 too.

Con Nuria y Tristan

In this way we woke up in Oropesa, one week after leaving.

Nuria dropped us off at the highway entrance. MISTAKE! … in 20 minutes any car passed, so we carried our backpacks and began to walk along the hard shoulder in the N-340 in search of a roundabout where we didn’t risk our lives and had enough time to make faces at vehicles. After some kilometers and a few blisters we arrived at a service area where a South American man from Murcia stopped and who took us four songs by Celia Cruz further away. And he dropped us off at a gas station in the middle of nowhere.

N340

The night was falling again when Ayun stopped, a Moroccan boy who dropped us off in Benicarló. Already, almost without strength, we got on a train to Salou. There we were picked up by Maite and Luismi.

Autostop Ayun

Today we will spend the day doing nothing in Salou.