¡Y llegamos a San Petersburgo!.
Esta ciudad es probablemente el primer destino soñado de nuestra aventura, donde poner en práctica el poquísimo ruso que fuí capaz de aprender antes de la partida. ¡Y menos mal que lo aprendí!. Leer cirílico lleva su tiempo, pero soy capaz de descifrar los nombres de las estaciones de metro, los precios de un café con leche o un capuchino, tengo capacidad para elegir entre un shawarma o una ensalada, puedo pedir los tickets de metro en la ventanilla, y lo más importante, puedo decir «No le entiendo, no hablo ruso» a todas horas; es bastante divertido.
Quisiera encontrar un calificativo para esta ciudad, llevo un rato delante del ordenador sin encontrar la palabra adecuada, y mira por donde, me viene una en ruso: «вкусный» (se dice Kusna), y viene a ser algo así como «delicioso». ¡San Petersburgo es deliciosa!. Nos encanta.
Nos encantan los edificios del centro, son todos antiguos palacios de la aristocracia rusa. Hoy casi todos convertidos en museos o administraciones, según el caso.






Nos encantan los barrios periféricos, con modernos edificios occidentales o antiguos de los «Soviet times», según el caso.
Nos encantan los ríos que la cruzan, los grandes como mares o los pequeños como canales, según el caso. También nos encantan los puentes que los cruzan.
Nos encantan las iglesias, ortodoxas, luteranas o católicas, según el caso. Y por supuesto, las catedrales.









Nos encantan los parques, grandes como bosques o pequeños como jardines, según el caso.
Nos encantan los monumentos que hay salpicados por toda la ciudad, de los que sabemos el significado y a quién representan o de los que no tenemos ni idea, según el caso.




Nos encanta la gente por la calle, jóvenes, viejitas o borrachos, según el caso.

Nos encantan las estaciones de metro, las de la línea 1 o las de otras líneas, según el caso.
Y por supuesto, y como siempre, lo que más nos ha encantado ha sido las personas con las que hemos convivido, sean familias completas con modernos apartamentos o solteros compartiendo pisos antiguos, según el caso.


No nos gustan los escupitajos en la calle, en ningún caso.