SURFEANDO LITUANIA

Dejamos Varsovia a las 23:00h con destino a Vilna, Lituania. El autobús estaba petado de españoles, creo que Erasmus, pero no entablamos conversación con ninguno de ellos, es demasiado pronto para añorar el idioma o la cultura que nos une, de modo que tratamos de dormir… sin éxito.

Salimos del autobús a la carrera, porque Robertas y Sigita salían de casa a las nueve de la mañana y a nosotros no nos apetecía nada quedarnos en la calle hasta las siete de la tarde que volvieran. Necesitábamos descansar, dormir unas horas en condiciones antes de surfear la ciudad. No fué fácil, pero lo conseguimos. El piso tenía unas vistas sensacionales y estábamos a dos pasos del centro histórico.

Disfrutando en la plaza DGM_9424 [Resolucion de Escritorio] DGM_9358 [Resolucion de Escritorio] DGM_9362 [Resolucion de Escritorio]

Vilna tiene un saborcito muy chulo; es pequeñita, tranquila y acogedora. El centro tiene más iglesias que Jerusalén, ¡es increíble!, y a pesar de disfrutar de un tiempo primaveral, en el interior hace un frío que pela; y no sabemos por qué razón algunas de ellas están dejadas de la mano de Dios; en otras, por supuesto, hay vírgenes milagrosas…

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Hay un castillito coronando una loma que resulta bastante coqueto, y aunque como castillo dice bastante poco, es muy agradable pasear alrededor, y las vistas son espectaculares.

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Pasear la Calle de la Literatura fue fascinante, ¡es tan hermoso disfrutar de la cultura en la calle!… ¡y es tan triste acordarse de algún ministro de nombre impronunciable en este blog!… Nos dejamos caer en el barrio de Uzupi, ¡qué maravilla!. El barrio está tomado por artistas que  exponen en las calles, se consideran una república independiente e incluso proclamaron su propia constitución. Es de esos sitios en los que no te importaría quedarte para siempre.

Calle de la Literatura.
Al fondo, calle de la Literatura.
Calle de la Literatura
Calle de la Literatura.

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Sabía que quería mi tattoo de rigor de cada país visitado, pero en esta ocasión buscaba algún nexo de unión que simbolizase el concepto del viaje. Esta vez no me conformaba con el nombre de mi eterna y amada compañera en el idioma de turno. Tampoco me apetecía demasiado parchearme de simbolismo de todas las clases, formas y colores. Entonces lo vi claro: este es un viaje «espiritual», la búsqueda de mi propia alma, y continuamente resuena en mi cabeza una afirmación de Yogananda: «Nada temo, soy espíritu». And that’s it… ésa es la «frase tattoo», y en Drakono Zenklas hicieron un bonito trabajo. Ahora puedo decirlo (sin miedo) en varios idiomas.

Momento Tattoo
(Pretendo conocerme a mí mismo, y espero poder comprender la verdad de quién soy y para qué he venido a este mundo. Cada vez que reflexiono sobre este asunto, más convencido estoy de que «yo» soy mucho más que el cuerpo en el que habito, y siempre, siempre, resuena en mi cabeza esta afirmación.)

Mientras yo me tatuaba, mi eterna y amada compañera disfrutó, si se puede calificar así, del Museo del Genocidio; un edificio utilizado por los Nazis primero y por la KGB después, para torturar y aniquilar «al enemigo». No hay fotos.

Cogimos un bus a Trakai, un pueblito a treinta y pico kilómetros de la capital. Un acierto. Es una pasada: las casitas de madera, los lagos que la rodean, el castillo… resulta muy tentador y apetece quedarse unos días por allí, pero aún es pronto para dejarse llevar por el romanticismo, estamos solo de paso.

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Vivimos en casa del jefe de prensa del Parlamento Europeo en Lituania, cosa que carece de importancia, pero quiero que quede constancia de que en Couchsurfing hay gente increíble, y este cargo me pareció bastante anecdótico. Además, resulta ser un autoestopista «de pro», forma parte de un club de autostop en el que hacen competiciones, y nos ayudaría muchísimo en nuestro viaje a Riga.

Surfeando el sofé de Robertas
Surfeando el sofá de Robertas.

Y a Riga nos fuimos en autostop. Allí nos esperaba Edmunds, nuestro anfitrión, un personaje del que hablaremos cuando os contemos como surfeamos Letonia…

3 comentarios en “SURFEANDO LITUANIA”

  1. Sin duda es un país precioso, y habeis elegido la mejor manera de descubrirlo. Lamentablemente para verlo completo necesitas mucho tiempo, y si es en verano mejor, que en invierno el frio no acompaña mucho!. Recomendais alguna comida tipica en especial?

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    1. Es cierto que no pudimos verlo en profundidad, cualquier lugar que se desee conocer profundamente necesita de su tiempo. ¡ Mucho mundo y poco tiempo!…
      En cuanto a comidas, lamentablemente no comemos nunca, o casi nunca en restaurantes, por lo que la gastronomía se limita casi siempre a ensaladas, pasta, y tortilla de patatas que les cocinamos a nuestros anfitriones. Aún así, es recomendable probar los Pierogi, aunque no son atribuibles sólo a Lituania, ya que se pueden comer en casi todos los paises de la zona. Y los Cepeliani, que son una especie de empanada de patatas rellena de carne, con una salsa amarga de nata. Espero que puedas probarlos, ¡y que nos lo cuentes!

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