Desde que nos conocimos hemos viajado tanto como hemos podido. En nuestra «luna de miel» en Cuba, empezamos a experimentar lo hermoso de mezclarse con la gente. A pesar de contratar un «Hotel-resort-delujo-todoincluido» por un par de días y disfrutarlo al máximo, al volver, recuerdos y anécdotas giraban siempre en torno a las personas que conocimos.

Para nuestras siguientes vacaciones nos embarcamos a Guatemala. En lugar de contratar hotel, entramos en un chat local donde contactamos con alguien que nos alojó a cambio de lo que nos pareció un dinero bastante razonable, hasta que descubrimos que por menos precio había algunas pensiones y cabañas que te cagas…

Después viajamos a Burkina Faso y Mali. ¡Africa! Conocimos a un chico de Burkina unas semanas antes de partir y, una vez allí, tuvimos la oportunidad de asistir al bautizo de uno de sus hijos. Sin lugar a dudas, «la experiencia del viaje».  Han pasado muchos años y mantenemos amistad. Por cierto, Nematu, mi alias, es el nombre de su hija.

Para el  viaje a Israel, ya éramos miembros de couchsurfing, habíamos alojado en casa a unos cuantos viajeros de todas partes del mundo (lo que os garantizo es una experiencia de lo más enriquecedora). Pasamos las vacaciones en Tierra Santa sin necesidad de pagar alojamiento y restaurantes para dormir y comer decentemente. Vivimos en un Kibutz con una pareja de judíos cuasi ortodoxos… ¡experiencias!, como en todo viaje, sólo que en éste aprendimos que surfeando sofás y haciendo auto-stop con el poco presupuesto de siempre se puede estar más tiempo en los sitios, o quizás visitar más lugares. Nos reafirmamos en que lo mejor de los destinos que visitamos está en las gentes que lo habitan.

Aguantamos un par de años sin hacer grandes viajes (alguna escapada vuelo lowcost + couchsurfing por Europa) con el fin de arrejuntar algo de dinero y de tiempo para finalmente irnos tres meses a Indonesia. Pensábamos ir a Panamá, pero nos fuimos a Indonesia. No pensábamos ir a Bali, y nos pasamos allí un mes. Pensábamos ir a Sumatra y no la pisamos, pero hicimos un tour por el Sudeste Asiático… Eso, amigos, sería surfear el Sudeste Asiático, siempre preparados para la siguiente ola, que te llevará al siguiente lugar hasta que pase una nueva ola.

Se acercaba finales de septiembre de 2012, llegábamos a casa con la lección aprendida: el Sudeste Asiático no es suficiente, tres meses no son suficientes, Nuning, Jaka, Arief, Patrick, Mars, Dana, Cecilia, Rick, Papa Gero, Roser y Andy, Shinta, Nana, Ben y Jeannie, Mahendra, Rere, Rismiaty, Cici, Murni, Vira… no son suficientes amigos.

Hoy estamos preparando el siguiente viaje. Tenemos por delante un par de años y una vuelta al mundo y muchos sofás que surfear.

En este blog iremos contando que tal nos va SURFEANDO EL MUNDO.